La detección de objetos transparentes o brillantes es una de las aplicaciones de sensores más desafiantes. Las variaciones en la forma, el tamaño, el material, el color y la translucidez del objetivo pueden complicar la detección precisa. Por ejemplo, la luz del sensor puede atravesar un objetivo o reflejarse de forma errática.
Además, no todos los materiales transparentes y reflectantes atenúan la luz de la misma forma; por ejemplo, una botella de vidrio atenuará la luz de manera diferente que una botella de plástico, y las variaciones en los contornos y ranuras de un objetivo también pueden hacer que la luz se refleje de maneras impredecibles.
Además, los transportadores de alta velocidad y los entornos de lavado hostiles que se encuentran en muchas aplicaciones de detección de objetos claros presentan desafíos adicionales.